Capítulo 10
Odio intenso a las “cosas profundas de Satanás”
TIATIRA
A UNOS 64 kilómetros (40 millas) al sudeste de Bergama (Pérgamo) está el próspero pueblo turco de Akhisar. Hace unos 1.900 años, en este lugar estaba Tiatira. Un superintendente viajante podía llegar fácilmente a Tiatira por una carretera del interior desde Pérgamo y entonces ir en circuito a las congregaciones restantes mencionadas en el capítulo 3 de Revelación: Sardis, Filadelfia y Laodicea. A diferencia de Pérgamo, no parece que Tiatira haya sido un centro importante del culto imperial, pero sí tenía santuarios y templos dedicados a dioses paganos. Tiatira era conocida como centro mercantil.
2 Cuando Pablo predicaba en Macedonia, conoció a una mujer de Tiatira llamada Lidia, vendedora de púrpura. Lidia y toda su casa aceptaron alegremente el mensaje que Pablo predicaba, y mostraron extraordinaria hospitalidad. (Hechos 16:14, 15.) Ella fue la primera persona de Tiatira de que se informa que aceptó el cristianismo. Con el tiempo la ciudad misma tuvo una congregación de cristianos. Jesús dirige su más largo mensaje a aquel lugar: “Y al ángel de la congregación que está en Tiatira escribe: Estas son las cosas que dice el Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llama de fuego, y sus pies son semejantes a cobre fino”. (Revelación 2:18.)
3 Esta es la única vez que aparece el término “Hijo de Dios” en Revelación, aunque en varios otros lugares Jesús sí llama a Jehová “mi Padre”. (Revelación 2:27; 3:5, 21.) Puede que el uso de ese título aquí les recuerde a los cristianos de Tiatira la intimidad de Jesús con Jehová. Este Hijo “tiene los ojos como llama de fuego”... algo que les advierte a los cristianos de Tiatira que Su juicio arderá contra todo lo que él vea que esté contaminando a la congregación. Cuando él se refiere por segunda vez a sus pies que fulguran como cobre, da énfasis a su propio ejemplo brillante de fidelidad mientras anduvo en esta Tierra. No hay duda de que los cristianos de Tiatira escucharon su consejo, ¡y lo mismo debemos hacer nosotros hoy! (1 Pedro 2:21.)
4 Alegra notar que Jesús puede dar encomio a los de Tiatira. Dice: “Conozco tus hechos, y tu amor y fe y ministerio y aguante, y que tus hechos recientes son más que los de antes”. (Revelación 2:19.) A diferencia de los efesios, los cristianos ungidos de Tiatira no han perdido su primer amor a Jehová. Su fe es vigorosa. Además, sus hechos son más que los anteriores, y como las tres congregaciones mencionadas antes, los cristianos de Tiatira aguantan. ¡Cuán típico de las casi 100.000 congregaciones de testigos de Jehová que hay por toda la Tierra hoy! El amor a Jehová se trasluce, mientras un espíritu de celo en el ministerio se esparce por toda la organización para estímulo de jóvenes y mayores. ¡Aumenta la cantidad de los que se gastan en el ministerio como precursores, que usan sabiamente así el tiempo que queda para proclamar la gloriosa esperanza del Reino entrante de Dios! (Mateo 24:14; Marcos 13:10.)
5 Por décadas, muchos fieles —tanto del resto ungido como de la gran muchedumbre— han estado manifestando aguante ejemplar al servir a Dios, mientras el mundo que los rodea ha estado sumiéndose cada vez más profundamente en oscuridad sin esperanza. Pero ¡ánimo! Revelación confirma el testimonio de los profetas anteriores de Dios. “El gran día de Jehová está cerca. Está cerca, y hay un apresurarse muchísimo de él.” (Sofonías 1:14; Joel 2:1; Habacuc 2:3; Revelación 7:9; 22:12, 13.)
“Aquella mujer Jezabel”
6 Los ojos ardientes de Jesús han penetrado más allá. Él nota algo que requiere atención inmediata. “No obstante —dice a los cristianos de Tiatira—, sí tengo esto contra ti: que toleras a aquella mujer Jezabel, que a sí misma se llama profetisa, y enseña y extravía a mis esclavos para que cometan fornicación y coman cosas sacrificadas a los ídolos.” (Revelación 2:20.) En el siglo X a.E.C. la reina Jezabel, adoradora de Baal y esposa del rey Acab de Israel, se había hecho infame por su derrotero de asesinato y adulterio y su actitud dominante. Jehú, en su papel de ungido de Jehová, ordenó que fuera ejecutada. (1 Reyes 16:31; 18:4; 21:1-16; 2 Reyes 9:1-7, 22, 30, 33.) La idólatra Jezabel no tenía derecho a ser profetisa. No era como Míriam ni como Débora, que rindieron servicio como profetisas fieles en Israel. (Éxodo 15:20, 21; Jueces 4:4; 5:1-31.) Y el espíritu de Jehová no la movió a profetizar como movió a la envejecida Ana y a las cuatro hijas de Felipe el evangelizador. (Lucas 2:36-38; Hechos 21:9.)
7 Está claro, pues, que “aquella mujer Jezabel” que alega ser profetisa en Tiatira es una farsante. No tiene el apoyo del espíritu de Dios. ¿Quién es? Puede que sea una mujer o un grupo de mujeres que descaradamente ejerce influencia corruptora en la congregación. Puede ser que algunas asociadas hayan estado induciendo a miembros de la congregación a participar en inmoralidad, mientras justifican desvergonzadamente su proceder voluntarioso con textos bíblicos mal aplicados. ¡Ciertamente profetizar falso! Por su influencia, quisieran atraer a otros a sus propios caminos de “fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría”. (Colosenses 3:5.) Quisieran que la congregación siguiera un estilo de vida inmoral, egoísta, como el que ahora se tolera, o se acepta tácitamente, en la mayoría de las religiones de la cristiandad.
8 Jesús pasa a decir a los ancianos de Tiatira: “Y le di tiempo para que se arrepintiera, pero ella no quiere arrepentirse de su fornicación. ¡Mira! Estoy a punto de echarla en un lecho de enfermo, y a los que cometen adulterio con ella, en gran tribulación, a menos que se arrepientan de los hechos de ella”. (Revelación 2:21, 22.) Tal como parece que la Jezabel original tenía bajo su dominio a Acab, y después desafió al que servía como ejecutor enviado por Dios, Jehú, así esta influencia femenina puede estar tratando de manipular a esposos y ancianos. Parece que los ancianos de Tiatira toleran esta inmodesta influencia como la de Jezabel. Aquí Jesús les da una severa advertencia, lo mismo que a la congregación mundial del pueblo de Jehová hoy. En nuestros tiempos, mujeres voluntariosas de ese tipo han inducido a sus esposos a hacerse apóstatas y hasta han instigado acción de tribunal contra los siervos fieles de Jehová. (Compárese con Judas 5-8.)
9 Esto de ninguna manera significa desdoro para las mujeres fieles de la congregación cristiana. Hoy día gran parte de la obra de testificar la efectúan nuestras hermanas fieles; por los estudios bíblicos que conducen en los hogares de la gente traen a la congregación una gran cantidad de personas que se interesan en la verdad. Dios mismo bendice este arreglo, como lo indica Salmo 68:11: “Jehová mismo da el dicho; las mujeres que anuncian las buenas nuevas son un ejército grande”. La conducta mansa y respetuosa de las esposas, que “es de gran valor a los ojos de Dios”, puede tener buena influencia en los esposos. (1 Pedro 3:1-4.) El rey Lemuel alaba a la esposa capaz e industriosa. (Proverbios 31:10-31.) Es solo cuando las mujeres se extralimitan al seducir a los hombres o al desafiar o pasar por alto la jefatura que surge una influencia como la de Jezabel. (Efesios 5:22, 23; 1 Corintios 11:3.)
10 Con referencia a “aquella mujer Jezabel”, Jesús continúa: “Y a los hijos de ella los mataré con plaga mortífera, de modo que todas las congregaciones sabrán que yo soy el que escudriña los riñones y corazones, y a ustedes les daré individualmente según sus hechos”. (Revelación 2:23.) Jesús ha dado tiempo a “Jezabel” y sus hijos para que se arrepientan, pero ellos persisten en sus caminos de inmoralidad, y por eso tienen que recibir juicio. En esto hay un mensaje importante para los cristianos de hoy. En sentido espiritual, los que imitan a Jezabel —sean hombres o mujeres— y así se hacen sus hijos por violar los principios bíblicos de jefatura y moralidad, o por ser tercos y pasar por alto el orden teocrático, están en una peligrosa condición de enfermedad. Es verdad que si uno de ellos pide a los ancianos de la congregación que oren por él “la oración de fe sanará al indispuesto, y Jehová lo levantará”... si manifiesta humildad y obra en armonía con esas oraciones. Pero que nadie piense que puede engañar a Dios o a Cristo intentando ocultar actos inmorales o presentando una apariencia exterior de servicio celoso. (Santiago 5:14, 15.)
11 Podemos alegrarnos de que la mayoría de las congregaciones de los testigos de Jehová hoy día estén al tanto de este peligro. Los ancianos vigilan las tendencias hacia actitudes no teocráticas y el cometer males. Tratan de ayudar a los hombres y a las mujeres en peligro a edificarse espiritualmente y reajustarse antes de que sea demasiado tarde. (Gálatas 5:16; 6:1.) Con amor y firmeza estos superintendentes cristianos restringen todo esfuerzo femenino por formar grupitos para promover movimientos como los de la liberación femenina. Además, periódicamente se da consejo oportuno en las publicaciones de los testigos de Jehová.
12 Sin embargo, en casos de inmoralidad crasa, y especialmente cuando tal inmoralidad se convierte en una práctica, los pecadores que no se arrepienten tienen que ser expulsados de la congregación. Recordamos el celo de Jehú al quitar de Israel todo rastro de la influencia de Jezabel. De igual manera, la clase Juan de hoy día toma medidas firmes, y da el ejemplo para sus compañeros semejantes a Jehonadab, y muestran que difieren mucho de los ministros permisivos de la cristiandad. (2 Reyes 9:22, 30-37; 10:12-17.)
13 Como Mensajero y Juez nombrado por Jehová, el Hijo de Dios obra correctamente al identificar a la moderna Jezabel y echarla en una cama de enfermo, porque en verdad la enfermedad espiritual de ella es crónica. (Malaquías 3:1, 5.) Los que han sucumbido a esta malsana influencia femenina también sufrirán gran tribulación... el dolor de ser expulsados, cortados de la congregación cristiana como si estuvieran muertos. A menos que se arrepientan, se vuelvan y sean aceptados de nuevo en la congregación, también se enfrentan a muerte física por “plaga mortífera”... a más tardar en la gran tribulación. Mientras tanto, es posible el restablecimiento si se arrepienten totalmente de sus malos hechos. (Mateo 24:21, 22; 2 Corintios 7:10.)
14 “Todas las congregaciones” tienen que llegar a saber que Jesús escudriña “los riñones”, las emociones más profundas, y el ‘corazón’, la persona recóndita, que incluye los motivos ocultos. Con este fin, él utiliza a estrellas o ancianos en quienes confía para que se encarguen de ciertos problemas, tales como cualquier influencia parecida a la de Jezabel que se presente. (Revelación 1:20.) Después que estos ancianos han examinado a fondo un asunto de esta clase y se ha llegado a una decisión judicial, no les toca a miembros individuales de la congregación investigar los porqués y las razones de la acción que se haya tomado. Todos deben aceptar humildemente la decisión tomada por los ancianos para resolver los asuntos y continuar apoyando a estas estrellas de la congregación. La lealtad a Jehová y a sus arreglos de organización será recompensada. (Salmo 37:27-29; Hebreos 13:7, 17.) En cuanto a usted, que le toque una bendición cuando Jesús dé a cada uno individualmente según sus hechos. (Gálatas 5:19-24; 6:7-9.)
“Tengan firmemente asido lo que tienen”
15 Las palabras siguientes de Jesús consuelan: “Sin embargo, les digo a los demás de ustedes que están en Tiatira, a todos los que no tienen esta enseñanza, a los mismísimos que no llegaron a conocer las ‘cosas profundas de Satanás’, como dicen ellos: No les estoy imponiendo ninguna otra carga. Sin embargo, tengan firmemente asido lo que tienen hasta que yo venga”. (Revelación 2:24, 25.) En Tiatira hay almas fieles en quienes no ha influido Jezabel. De manera similar, por 40 años antes de 1918 y desde entonces, no todos los que afirman ser cristianos han tolerado las costumbres de inmoralidad y corrupción que tan comunes son en la cristiandad. El grupito de Estudiantes de la Biblia —conocido ahora como testigos de Jehová— que trató de ayudar a los miembros de las iglesias a ver el origen no cristiano de muchas de las doctrinas de la cristiandad se ha esforzado por librarse de toda creencia y práctica babilónica recibidas de la cristiandad apóstata. Esto incluye la enseñanza permisiva de “aquella mujer Jezabel”.
16 La clase Juan de hoy también ha animado a sus compañeros, la gran muchedumbre, a cuidarse de influencias inmorales, tales como las del degradado mundo moderno del entretenimiento. No hay necesidad de ver ni experimentar la corrupción por curiosidad ni para aprender qué evitar. El proceder de la sabiduría es mantenernos a gran distancia de las “cosas profundas de Satanás”. Como dice Jesús: “No les estoy imponiendo ninguna otra carga”. Esto nos recuerda el decreto del cuerpo gobernante cristiano del primer siglo: “Al espíritu santo y a nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos, y de sangre, y de cosas estranguladas, y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán”. (Hechos 15:28, 29.) Para prosperidad espiritual, ¡evite la religión falsa, el mal uso de la sangre (como en transfusiones de sangre) y la inmoralidad! Y puede que esto también signifique protección para su salud física.
17 Hoy Satanás tiene otras “cosas profundas”, como el teorizar complicado y las filosofías que halagan el intelecto. Entre estas cosas, además de razonamientos de permisividad e inmoralidad, están el espiritismo y la teoría de la evolución. ¿Cómo considera el Creador omnisapiente estas “cosas profundas”? Según el apóstol Pablo lo cita, Dios dice: “Destruiré la sabiduría de los sabios”. En contraste con esa sabiduría, “las cosas profundas de Dios” son sencillas, lúcidas y animadoras. Los cristianos sabios evitan las “cosas profundas” del mundo complejo de Satanás. Recuerde, “el mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. (1 Corintios 1:19, Versión Popular; 2:10; 1 Juan 2:17.)
18 A los cristianos de Tiatira ahora Jesús habla alentadoramente. Esas palabras también animan a los cristianos ungidos de hoy: “Y al que venza y observe mis hechos hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones, y pastoreará a la gente con vara de hierro, de modo que serán hechos pedazos como vasos de barro, como lo que he recibido de mi Padre”. (Revelación 2:26, 27.) ¡Qué maravilloso privilegio! Esta autoridad que reciben los vencedores ungidos en su resurrección es participar con Jesús en blandir la “vara de hierro” de la destrucción contra las naciones rebeldes en Armagedón. A lo más, el poder nuclear de aquellas naciones será como un cohete húmedo cuando Cristo haga pedazos a sus enemigos como les haría a vasijas de barro. (Salmo 2:8, 9; Revelación 16:14, 16; 19:11-13, 15.)
19 Jesús añade: “Y le daré la estrella de la mañana”. (Revelación 2:28.) Jesús mismo explica después qué es esta “estrella”, cuando dice: “Yo soy la raíz y la prole de David, y la brillante estrella de la mañana”. (Revelación 22:16.) Sí, es Jesús quien cumple la profecía que Jehová hizo salir de los labios de Balaam, quien no quería pronunciarla: “Una estrella ciertamente saldrá de Jacob, y un cetro verdaderamente se levantará de Israel”. (Números 24:17.) ¿Cómo dará Jesús “la estrella de la mañana” a los que venzan? Evidentemente dándose a sí mismo a ellos, tomándolos consigo en la relación más estrecha, más íntima. (Juan 14:2, 3.) ¡Cuánto induce eso a aguantar! ¡También es estimulante para la gran muchedumbre saber que “la brillante estrella de la mañana” pronto ejercerá su autoridad del Reino para restaurar el Paraíso aquí en la Tierra!
Manténgase íntegro
20 Esta carta tiene que haber animado mucho a los cristianos de Tiatira. ¡Imagínese! ¡El glorificado Hijo de Dios en el cielo había hablado personalmente a los cristianos de Tiatira sobre algunos de los problemas de aquella congregación! De seguro por lo menos algunos de la congregación respondieron a tan amoroso pastoreo. Este mensaje, el más largo de los siete, también nos ayuda a identificar a la verdadera congregación cristiana hoy. En 1918, cuando Jesús vino al templo de Jehová para juicio, la gran mayoría de las organizaciones que afirmaban ser cristianas estaban manchadas por la idolatría y la inmoralidad espiritual. (Santiago 4:4.) Algunas fundaban sus creencias en las enseñanzas de mujeres resueltas del siglo XIX, tales como Ellen White, de los adventistas del séptimo día, y Mary Baker Eddy, de la Ciencia Cristiana, y en tiempos más recientes muchas mujeres han estado predicando desde el púlpito. (Contrástese con 1 Timoteo 2:11, 12.) Entre las diferentes formas del catolicismo, todavía es frecuente honrar a María más que a Dios y a Cristo. Jesús no la honró de ese modo. (Juan 2:4; 19:26.) ¿Realmente podrían ser aceptadas como cristianas las organizaciones que admiten tal ilegítima influencia femenina?
21 Individualmente, los cristianos, sean de la clase Juan o de las otras ovejas, hacen bien en considerar este mensaje. (Juan 10:16.) A algunos pudiera parecerles tentador seguir el derrotero de menos esfuerzo, como aquellos discípulos de la Jezabel de Tiatira. También uno pudiera sentirse tentado a transigir. Hoy hay que hacer frente a cuestiones como las de comer productos que contienen sangre o aceptar transfusiones de sangre. Algunos quizás crean que su celo en el servicio del campo o el que presenten discursos les da derecho a ser menos estrictos en otros aspectos, como los de ver películas o videocintas violentas e inmorales, o extralimitarse con las bebidas alcohólicas. La advertencia de Jesús a los cristianos de Tiatira nos dice que no debemos tomarnos tales libertades. Jehová quiere que seamos limpios, que le sirvamos con toda el alma, que no estemos divididos, como muchos cristianos de Tiatira.
22 Finalmente, Jesús declara: “El que tenga oído, oiga lo que el espíritu dice a las congregaciones”. (Revelación 2:29.) Por cuarta vez, Jesús aquí repite esta animadora expresión, y con ella terminarán los tres mensajes que todavía se han de dar. ¿Tiene usted un oído dispuesto a responder como ese? Entonces siga escuchando con cuidado a medida que Dios, por su espíritu, sigue suministrando consejo mediante su conducto.
*** re cap. 10 págs. 47-54 Odio intenso a las “cosas profundas de Satanás” ***